Verdades y mentiras del blanqueamiento dental
En el blanqueamiento dental, como en la limpieza bucal, necesitas a un profesional para conseguir resultados. Pero, ¿qué es verdad y qué es mentira de todo lo que se conoce sobre este proceso? Te lo desvelamos.
Es perjudicial para la salud de la boca; hay pastas de dientes comerciales que pueden conseguir el mismo efecto (en más tiempo); hay métodos caseros más económicos… Las clínicas como Harmonía Dental, con años de experiencia en el sector y de tratamientos para todo tipo de pacientes, ya estamos acostumbrados a escuchar todo tipo de mitos y leyendas relacionados con tratamientos como el blanqueamiento dental.
Pero, a pesar de nuestros esfuerzos por mantener bien informados a todos los que visitan nuestro centro y a la población en general, estas invenciones siguen creciendo y aumentando su expansión. Sobre todo en los últimos años, en los que los tratamientos de estética dental han adquirido mayor protagonismo.
Si estás pensando en mejorar la apariencia de tu sonrisa, pero, primero, quieres saber qué es verdad y qué es mentira en todo lo que se dice del blanqueamiento dental, has llegado al lugar adecuado.
Conociendo a fondo el blanqueamiento dental: mitos, leyendas y certezas
En Harmonía Dental, el blanqueamiento dental es un tratamiento odontológico, pero forma parte de los que consideramos estéticos. ¿Por qué? Porque su objetivo es mejorar la apariencia de la boca. O, más bien, aclarar la sonrisa para que esta luzca más atractiva y reluciente. Pero debe ser realizado siempre por un profesional, con la formación y la experiencia suficientes.
Entre todos los comentarios que despierta este tratamiento, estos son los más habituales. Algunos de ellos son verdades a medias, otros son mitos sin ningún fundamento y otros son realidades más que demostradas por los expertos en estética y salud bucodental:
- Hay pastas de dientes, chicles y remedios caseros igual de eficientes a la hora de aclarar los dientes. Falso. Ni el bicarbonato va a hacer que tengas una sonrisa más blanca ni esa pasta de dientes con “efecto blanqueador” va a ser la solución para unos dientes que empiezan a amarillear. Algunos de estos trucos domésticos pueden ser, incluso, contraproducentes. Así que, mejor, no probarlos.
- Tener una boca más blanca es sinónimo de limpieza. Ni verdad ni mentira. Normalmente, antes de realizar un blanqueamiento dental, estudiamos el estado del paciente y sus necesidades. Esto sirve para detectar, primero, si es apto para realizar este tipo de tratamiento estético y, después, para saber si necesita una limpieza profesional o cualquier otra intervención.
- El tratamiento provoca sensibilidad dental. Verdadero. Cuando un paciente se somete a un blanqueamiento dental con un especialista, puede experimentar este síntoma (en ocasiones doloroso) los días posteriores a su paso por la clínica. Pero es un efecto temporal y, en cualquier caso, no supone ningún daño para la estructura de la dentadura.
- Es perjudicial para los dientes. Falso. Esta es una de las grandes mentiras relacionadas con este tratamiento estético. Antes de iniciar cualquier proceso, los especialistas estudian si el paciente es o no apto. En el primer caso, no supone ningún daño.
- Los dientes amarillean con el paso del tiempo. Verdadero. Ni un tratamiento para aclarar el color natural del esmalte dura para siempre, ni puedes mantener una dentadura perfectamente blanca toda la vida. Hay alimentos y hábitos que manchan la superficie de las piezas y que favorecen esa tonalidad amarillenta.
- Todo el mundo puede hacerse un blanqueamiento dental. Falso. Es el especialista el que debe evaluar cada caso y dar luz verde (o no) al tratamiento. Por ejemplo, las embarazadas, los menores, los pacientes con problemas de encías o con enfermedades periodontales no deberían someterse a este proceso.
Desmonta tú también todos los mitos sobre este tratamiento de estética bucodental y pregunta a los profesionales de Harmonía Dental si puedes o no someterte a sus beneficios.