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¿A cuántas personas conoces que lleven años intentando dejar de morderse las uñas? Quizás hasta seas tú una de esas personas que tiene este hábito adquirido y que no es capaz de evitar. Pues hoy te damos un motivo más para dejar de morder las uñas: más allá de que tus manos lucirán mucho más bonitas, debes saber que al morder las uñas pones en peligro la salud de tus piezas dentales. A continuación te lo contamos con más detalle.

¿Por qué te muerdes las uñas?

En nuestra clínica dental siempre les preguntamos a nuestros clientes por qué se muerden las uñas. Y lo curioso es que ninguno es capaz de darnos una respuesta que no vaya más allá de “es un hábito que no puedo remediar”, “no puedo evitarlo cuando estoy nervioso/a”, “no me doy cuenta de cuándo lo hago”… ¿Te suena, verdad? 

El objetivo de plantear esta pregunta es hacer entender a nuestros pacientes que morder las uñas no aporta nada y, sin embargo, genera un serio problema de salud bucodental. Hay muchos motivos para dejar de hacerlo y este que te traemos es de los más importantes.

En muchos casos, la onicofagia (hábito de morderse las uñas) se adquiere durante la infancia, aunque suele ser durante la juventud cuando realmente se asienta esta costumbre que hace que se siga manteniendo en la edad adulta. Por eso es tan importante que los padres intenten erradicarlo cuando lo detectan en sus fijos. De no ser así, el hábito de morderse las uñas termina convirtiéndose en algo intuitivo e involuntario, y la persona ni se da cuenta de que lo está haciendo.

¿Qué daños causa este hábito en tu boca?

Al morder las uñas, estas se deforman y se vuelven más anchas y cortas, lo que provoca en primer lugar que las manos luzcan menos bonitas desde un punto de vista estético. Probablemente, este hábito también pueda dar lugar a heridas y, sobre todo, a la entrada de bacterias, virus, hongos y otros patógenos que pueden provocar infecciones. 

Pero además, hay otros daños colaterales que ahora vamos a resumir aquí para que los tengas presentes la próxima vez que vayas a llevarte las manos a la boca:

1. Deterioro de los dientes, sobre todo los incisivos superiores e inferiores.
2. Aumento del riesgo de caries.
3. Deformación de las encías y del paladar.
4. Abrasión del esmalte dental.
5. Amontonamiento de los dientes por efecto de la mordida constante.
6. Infecciones bucales severas que pueden dar pie a gingivitis.
7. Aparición de aftas y herpes.
8. Afecciones en la mandíbula: dolor y dificultad para masticar.
9. Mal aliento por la multiplicación de bacterias.
10. Daños en los empastes de composite.

Como has podido comprobar, es fundamental que dejes de morder las uñas, si es que tienes este mal hábito. Cómo conseguirlo es el gran problema con el que no podemos ayudarte, más allá de recetar esmaltes de sabor amargo que funcionen como una señal de alarma. Aunque desde nuestra experiencia en Harmonía Dental, una de las mejores clínicas dentales en Mijas, podemos decirte que al final, este tipo de esmaltes no sirven de mucho si no existe mucha fuerza de voluntad y mucho autoconvencimiento para poner fin a esta costumbre. Eso sí, si la onicofagia suele ser una respuesta a la ansiedad o los nervios, por lo que puede ser preciso buscar ayuda psicológica.