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Estamos acostumbrados a la presencia de piercings en prácticamente todas las partes del cuerpo. Además de los tradicionales y más visibles en orejas, nariz y cejas, la boca se ha convertido en otro de los puntos estratégicos para lucir estos adornos.

Piercings en los labios, piercings en la lengua y hasta piercings en las encías. ¿Pueden afectar a la salud bucodental? Esto es justo lo que vamos a analizar en este post en el que nos centramos en ver las consecuencias de un piercing en la lengua.

¿Qué ocurre cuando ponemos un piercing en la lengua?

Existen estudios que sitúan en una cifra superior al 70 % los casos en los que se ha producido algún tipo de complicación después de la colocación de un piercing en la lengua. Aun así, esta práctica sigue siendo muy común entre los jóvenes, algo que a los profesionales de la salud dental nos preocupa cada vez más. ¿Por qué?

Pues porque la presencia de un elemento ajeno, metálico, no biocompatible y que no ha sido colocado por una profesional de la odontología puede ser un peligro para la salud de la boca. Además de infecciones y complicaciones variadas, existen muchos motivos por los que consideramos perjudicial colocar un piercing en la lengua como:

1.- Inflamación temporal de la lengua:

La inflamación posterior a la realización del piercing es lógica. Suele comenzar a las 3 horas de la perforación y puede llegar a prolongarse durante varios días. Pero ¿sabías que muchas personas la vuelven a sufrir ocasionalmente, especialmente tras la ingesta de algún tipo de alimentos?

2.- Inflamación de las encías y recesión gingival:

Este es uno de los problemas más preocupantes que se derivan de la colocación de un piercing en la lengua ya que, al inflamarse las encías, se puede producir una recesión gingival . Es decir, que las encías comiencen a “desaparecer”, dejando el soporte del diente más libre. Esta pérdida provoca el movimiento de las piezas dentales y puede originar su caída.

3.- Debilitamiento del esmalte dental y roturas:

La constante fricción entre piercing y dientes provoca que estos se rayen, se debiliten y pierdan esmalte dental. Y esto a la larga puede generar muchos problemas ya que esta capa es la que realmente protege los dientes y no se regenera de forma natural. Por eso, el piercing facilita que se produzcan roturas que deben repararse con carillas y fundas. Para muchas personas con piercing en la lengua es inevitable jugar con él, algo que le hace chocar contra los dientes, un gesto que tiene nocivas consecuencias. 

4.- Alteración del gusto:

La lengua tiene tres nervios principales. Uno regula la sensibilidad general, otro la movilidad y el último regula el gusto. La perforación puede alterar el funcionamiento de alguno de ellos y es relativamente frecuente que afecte al sentido del gusto, ya sea de forma temporal o permanente. ¿Quieres quedarte sin saborear tus platos favoritos?

Como ves, la colocación de un piercing en la lengua puede acarrear graves problemas bucodentales. Si esta joyería te apasiona y no quieres renunciar a ella, sí es importante que entiendas que necesitas seguir muchos cuidados, extremar tu higiene bucal y realizar más revisiones periódicas. Consúltalo en Harmonía Dental, tu clínica dental en Fuengirola.